La vida de Brian

La vida de Brian es una película dirigida por Terry Jones y protagonizada por Graham Chapman, John Cleese, Michael Palin, estrenada en 1979.

Ficha técnica de La vida de Brian

Director: Terry Jones
Protagonistas: Graham Chapman, John Cleese, Michael Palin
Guion: Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jon
Musica: Geoffrey Burgon
Fotografía: Peter Biziou
Montaje: Julian Doyle
Género: Comedia
Año: 1979
Duración: 94 minutos (01:34)
Calificación: +18

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Sinopsis:

Brian Cohen nace en un establo situado unas puertas más abajo del que vio nacer a Jesús (un hecho que al principio confunde a los Reyes Magos bíblicos que vienen a alabar al niño Jesús, ya que tienen que soportar a la grosera madre de Brian, Mandy, hasta que se dan cuenta de su error).
Brian crece como un joven idealista resentido por la continua ocupación romana de Judea, incluso después de enterarse de que su padre era un centurión romano (al parecer llamado Naughtius Maximus, que también había forzado a la madre de Brian antes de que comenzara su breve relación, Mandy siente cierto resentimiento hacia él, no por haberla violado, sino por haberle prometido una vida de lujo y placer antes de abandonarla estando embarazada) Mientras asiste al Sermón de la Montaña de Jesús, se encapricha de la atractiva joven rebelde Judith. Su deseo por Judith y su odio por los romanos le llevan a unirse al Frente Popular de Judea, uno de los muchos movimientos separatistas facciosos y pendencieros, que pasan más tiempo luchando entre sí que contra los romanos. El cínico líder del grupo, Reg, le asigna a Brian su primera misión como rebelde: un intento de garabatear una pintada ("Romanes eunt domus", que en latín significa "Los romanos se van a casa") en la pared del palacio del gobernador. Su intento supera todas sus expectativas cuando es sorprendido por un guardia romano que, disgustado por la gramática latina defectuosa de Brian, le obliga a escribir cien veces el mensaje "corregido" ("Romani ite domum").

Cuando los guardias cambian de turno al amanecer, los nuevos intentan detener al "vándalo". Tras una serie de desventuras, el fugitivo acaba ocupando accidentalmente el lugar de uno de los variopintos grupos de místicos y profetas que arengan a la multitud que pasa por una plaza. Obligado a inventar algo plausible para pasar desapercibido, balbucea tonterías pseudoreligiosas que rápidamente atraen a un público reducido pero intrigado. Una vez que los romanos se han marchado, Brian intenta dejar atrás el episodio, pero sin querer ha inspirado un movimiento; tras pasar la noche con Judith, descubre que una enorme multitud le ha declarado el Mesías. Consternado, Brian no puede hacer cambiar de opinión a la gente, pero todas sus palabras y acciones se convierten inmediatamente en doctrina, y cualquier hecho inusual se considera un "milagro".

Finalmente, los romanos atrapan al desventurado Brian y lo mandan crucificar. Poncio Pilato lo perdona casi sin querer, pero en un momento que parodia el clímax de la película Espartaco (película), todos los crucificados afirman ser "Brian de Nazaret", y el hombre equivocado es liberado. Abandonado por cualquiera que pudiera ayudarle, el verdadero Brian permanece colgado bajo el sol abrasador, y sus compañeros de infortunio le dicen, cantando, que mire siempre el lado bueno de la vida.